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sábado, 25 de junio de 2016

¿Y si el burro alcanza a la zanahoria?



Todos estamos familiarizados con la imagen del burro al que lo tientan con una zanahoria atada a la punta de un palo y ese palo lo ponen delante de él para que avance, ¿no? Bueno, no es que yo sea el genio de los ejemplos, ni un creativo  de agencia de publicidad con nombre en inglés y doble apellido impronunciable, ni un súper coach motivacional (faaaa!, aguantá qué me venís con términos en inglés que ni vos entendés amigo!) pero, si hacemos una analogía, la zanahoria ese objetivo tan deseado por el burro puede ser cualquier cosa y nosotros tranquilamente podemos ser los burros (no llamen al INADI, seamos honestos, acá el que debería ofenderse es el burro eh!).

Hace 3 años, después de que las zanahorias que me ponían adelante eran relativamente fáciles de alcanzar me propuse yo mismo alargar el palo (che, basta, no sean mal pensados, ¡tienen la mente podrida!) y hacer que la zanahoria sea mucho más difícil de alcanzar. Pero cuando digo mucho más difícil, realmente me refiero a más difícil, tanto, que el primer día estaba seguro de que no la iba a alcanzar… que iba a andar cerca si pero alcanzarla no.

Ahora digo, que gil ¿no?, ¿para qué te vas a poner un objetivo que sabes que no vas a alcanzar desde el minuto 0?, tal vez porque muy en el fondo de algún rincón de tu cerebro o corazón algo te dice, “¡dale campeón, anímate, vas a ver que remando fuerte con escarbadientes en medio de este mar de dulce de leche, juntos lo logramos!”. Igual, por más que te dejes llevar por esa parte irracional de vos mismo que hace que hagas cosas que no tendrían explicación lógica, hay que ser un poco masoquista para proponerte un objetivo que es difícil de alcanzar, o tal vez, solo tal vez, lo que estás buscando es probarte a vos mismo hasta dónde podés llegar… naaaahhh, hay que ser gil o masoquista, definitivamente.

Pero ¿y si el objetivo implica cambiarle la vida a alguien?, ojo, aun sin saber que en el medio del camino que tenés que recorrer para tratar de alcanzarlo, la vida que podés llegar a cambiar es la tuya.
Pará, pará, pará, no me vengas con cuestiones filosófica maestro, vamos al grano, si llegué a leer hasta acá es solo porque ahora me dio curiosidad de saber de qué estás hablando, nada más.
Bueno, nada, hace 3 años me propuse cambiarle la vida a mucha gente haciendo que su casa esté mejor, más linda, más cómoda, más adaptada. Es una casa grande, pero grande enserio y hacerlo iba a ser realmente muy difícil… pero soy un burro grande así que quería que la zanahoria sea más grande de lo normal. Y en estos 3 años en el medio del viaje a tratar de llegar a ese objetivo me pasaron muchas cosas, tantas que con solo darte 2 ejemplos vos vas a poder sacar propias tus conclusiones de lo que me pasó… fui papá múltiple y perdí a mi papá.

Pero volvamos al título, ¿y si el burro alcanza la zanahoria?, ¿qué pasaría si vos (sisi vos que estás leyendo esto), te proponés algo importante enserio, algo que te trasciende porque no es para vos sino para alguien más, de golpe después de mucho lucharla lo conseguís? O mejor, no solo lo conseguís sino que además te superás ampliamente, subís tanto la vara que ni vos te crees los resultados que obtuviste. La premisa sería, festejemos porque lo logramos ¿no?, brindemos porque eso tan difícil que te propusiste y que ni vos te creías que ibas a conseguir fue alcanzado. O, también, podrías pensar, ¿y ahora? Te agarra la nostalgia de saber que no lo tenés más porque lo alcanzaste y pensás que lo vas a extrañar. 

Yo estoy ahí, hace 3 años alargué el palo que sostenía mi zanahoria, mucho, y hoy no solo alcancé la zanahoria sino que además repartí para que guarden (#Ponele). Soy consciente de que siempre se puede estirar más, de eso no hay dudas, pero, ¿cuánto más? Porque ya la vez pasada ni yo creía que lo iba a conseguir. Y si hace 3 años me decías que hoy, a horas de cerrar un ciclo, iba a estar así de cagado en las patas (que buena frase) por haberme superado a mí mismo y con este sentimiento no saber ahora qué, en lugar de estar contento porque haber estado cerca llegar, te decía que estabas en pedo.

Por eso, ¿qué pasa si el burro alcanza la zanahoria? ¿le ponés otra adelante?, con un palo más largo, cambias zanahoria por otra cosa, qué inventas… te reinventas?... porque damas y caballeros, con un objetivo claro, el plan puede cambiar todas las veces que haga falta para llegar, pero el objetivo no.

“Siempre un poco más”, sisi, “siempre un poco más”.

Como siempre y cada una de las veces, besos dulces a las damas y abrazos fuertes a los caballeros… desde un pedo místico y en algún lugar del ciberespacio los saludos su amistoso vecino, el vil cadete.

2 comentarios:

  1. Cuánta idiotez e hipocresía Junta en éste "texto". Vergüenza ajena. Sigan alimentando la patraña de la ayuda entendida como caridad y dependencia permanente de los pobres, justamente para que nunca dejen de serlo. De negrear y maltratar gente saben bastante basuras.

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    1. Desde el anonimato cualquiera puede decir absolutamente cualquier cosa y está perfecto que así sea, pero se sobre entiende que si alguien usa el anonimato para tener que expresar su opinión es porque seguramente tan formada y sólida no debe ser. Saluď mi querida/a amigo/a anónima/o y que la vida le sonria.

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